El libro negro
Orhan Pamuk
Alfaguara, 2001
Tan difícil como escribir buenos libros es encontrar temas que le exijan continuamente todo al autor, toda su fuerza, su creatividad, su vida.
El epígrafe que abre este texto es la esencia de El libro negro, una novela que le tomó a Orhan Pamuk cinco años de trabajo, como el bien lo cuenta en un ensayo publicado en Otros colores. El epígrafe hace parte de este mismo ensayo.
La novela narra cómo Galip busca a su esposa que un día se va. Y en esa búsqueda él descubre y se descubre. Galip, un hombre sin mayores pretensiones, quien se ha casado con el amor de su infancia, un día regresa a casa y no la encuentra, entonces, decide comenzar su búsqueda, mientras le hace creer a su familia que ella solo ha estado ocupada. En el camino comienza a releer las columnas de su tío Celâl, el periodista más famoso de Estambul, quien también desaparece. Entre las columnas y la búsqueda, Galip se arriesga a pensarse, a reflexionar sobre su vida, sobre su ser. Eso que tan poco hacemos los seres humanos.
Según cuenta Pamuk, la escritura de El libro negro se le fue complicando con el tiempo, incluso vivió aislado, encerrado, escribiéndola.
Me sentía muy solo, como Galip (quizá para transferir al libro esa sensación de hundimiento), pero en lugar de su pena, yo sentía sobre todo rabia. Porque no comprenderían aquel libro que cada vez iba siendo más extraño, porque lo compararían con las novelas a la antigua, porque no se entendería con facilidad o porque considerarían sus puntos más oscuros como una prueba de mi fracaso; quizá también porque nunca la terminaría y porque estaba escribiendo el libro equivocado.
Esta novela no es una lectura de entrenamiento, es una lectura de compromiso. Es una lectura de la vida. En este caso de la vida de Pamuk. Creo que todo aquel que se arriesgue a escribir ha sentido esa sensación de fracaso, esa desolación al sentir que ha invertido una parte de su vida (y a su vez le ha negado ese tiempo a sus seres queridos) en nada, para al final terminar con una obra que nadie leerá o que será rechazada por quienes la lean.
El libro negro es una obra en la que un escritor, o cualquier ser humano que se arriesgue a seguir sus anhelos, podrá perderse para encontrarse. Si se toma el tiempo de leerla con tranquilidad, sin los afanes de llegar al final, sin la búsqueda de respuestas o resolución de los conflictos… si la lee por el solo placer de leer, tal vez le llegará esa sensación de alegría al hacer algo por el simple hecho de que le hace feliz hacerlo.
Así como le pasó al autor:
Ahora me doy cuenta de los feliz que era entonces cuando a las cuatro de la madrugada podía prestar atención cuanto quisiera al silencio de Estambul (jaurías de perros ladrando a lo lejos, árboles susurrando, coches de policía, camiones de basura, borrachos) y podía escribir mi novela fumando cuanto me apeteciera. Esas noches vivía dicha felicidad en forma de un cansancio mental mareante que se me venía encima poco antes de amanecer y del placer y el miedo a perderme en el misterio del libro, que a veces incluso a mí me estaba vedado.