1793
Niklas Natt Och Dag, 2017
Salamandra, 2020
1793 está dividida en cuatro partes, después del título de cada una de ellas aparece la estación del año en la que ocurren los hechos. En ese detalle está la clave para entender el orden de los acontecimientos: Otoño, Primavera, Verano e Invierno. En este sentido, en Otoño inicia la narración, pero la historia comenzó meses antes, por ello luego regresamos hasta Primera, pasando por Verano, en estas dos partes se le da sentido a lo que se describe en la Primera Parte de la novela, para luego saltar hasta Invierno, cuando se resuelven los enigmas planteados.
La primera novela de Niklas Natt Och Dag es atrapante, nos adentra en la Estocolmo de finales del siglo XVIII, cuando gran parte de Europa está a la expectativa de lo que ocurre en Francia desde el 14 de julio de 1789. Hay una gran tensión por los cambios que parecen querer llegar a la rancia cultura monárquica que tras siglos de dominio observa impotente una época que cambiará a toda la humanidad. Aunque el autor sueco solo maneja como telón de fondo esta tensión y se centra en los acontecimientos: en el lago Fatburen aparece el cuerpo desmembrado de un hombre. ¿Quién es? ¿Quién le quitó los brazos, las piernas, la lengua, los ojos? ¿Por qué apareció en ese lago en específico?
1793 se podría nombrar como un thriller histórico. Es una novela policíaca ambientada hace más de dos siglos. Su máxima preocupación es mantener al lector atento a los acontecimientos, a la investigación que llevan Mickel Cardell y Cecil Winge. El primero es un veterano de guerra, manco y, con lo que hoy denominamos, estrés postraumático; vive de ser un guardia, pero gana algunas monedas demás expulsando a borrachos y problemáticos de bares, aunque sea él quien más necesite ser expulsado de estos sitios. El segundo es un abogado moribundo, la tuberculosis avanzada es un claro recuerdo de que está viviendo tiempo extra; Winge gusta de buscar la verdad, no corre con afanes para dictar sentencias, por ello entrevista y escucha a los criminales, es, a su manera, un adelantado de la psicología criminal, está convencido de que todo hecho tiene una razón. La verdad en lugar de la muerte.
Quien se acerque a esta novela, disfrutará de una lectura atrapante; la narración se centra en mostrar los acontecimientos, no hay espacios para digresiones ni reflexiones; el manejo del punto de vista es casi perfecto, en Otoño e Invierno pasa de Cardell a Winge, capítulo a capítulo el lector se adentra en la historia desde la mirada de cada protagonista; por su parte, en Primavera el punto de vista está enfocado en Kristofer Blix; mientras que Verano en Anna Stina.
Finalmente, resalto un detalle que me llamó la atención cuando hice conciencia de este: todos los personajes son extremadamente jóvenes, aunque pareciera que son unos viejos debido a sus experiencias de vida. Esto me hizo recordar que a finales del siglo XVIII no existía la definición de juventud que tenemos en la segunda década del siglo XXI. En suma, 1793 es una alegoría de los pormenores de la vida, una aventura por la mal olorosa Estocolmo, la mojigata cultura de la época y la mirada particular de dos hombres que viven a pesar de que la muerte lleva tiempo tocando a su puerta.
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